PASAJEROS INVOLUNTARIOS / Maricarmen Delfín Delgado

Viajar es como un sueño, es transportarse a otros mundos, es adentrarse en el espacio privado de culturas, territorios y pensamientos, absorber el entendimiento ajeno que al mismo tiempo es el nuestro, ya que más allá de nacionalidad, raza y religión, la esencia humana es la misma pues todos luchamos por la supervivencia diaria, todos sufrimos, todos buscamos la felicidad y todos amamos. Tal vez la forma de hacerlo sea diferente pero el fin es el mismo.

El viajero sacrifica la comodidad de estar en casa por la aventura que el destino planea para él, pues lo que se traza como objetivo se va modificando con situaciones fortuitas que el azar maneja como una botella lanzada al mar sin saber dónde encallará. Así, la travesía se convierte en una colección de días alegres, tristes, absurdos, mágicos, oníricos, sorprendentes, lentos y acelerados, que como cuentas de un rosario bendito pasan uno a uno por las manos del viajante para dejar una huella indeleble en su espíritu.

Al reflexionar sobre las situaciones que aparecen en el recorrido hay la sensación de que le pudieron suceder a otras personas en este y en otro tiempo, como en un sueño en el que la historia toma un camino impredecible donde el final es incierto y los sentidos se dejan llevar sin rumbo fijo; el viajar sin aferrarse a un plan estrictamente marcado da la oportunidad de disfrutar con holgura los momentos emocionantes no planeados.

Muchas veces se viaja por necesidad, por opción o por deseo, pero viajar no es solamente hacer turismo, es romper la rutina de lo cotidiano, conocer y experimentar en mano propia las historias aprendidas tiempo atrás y tomarle sabor con la experiencia vivida. Es medir nuestra capacidad y nuestros límites, se convierte en un ejercicio de paciencia, audacia, habilidad y tolerancia al convivir con extraños que coinciden en la misma situación y en un mismo espacio, para convertirlos en amigos, hermanos y hasta confidentes en un territorio donde ellos son lo único que nos recuerda nuestro terruño y nuestra cultura.

Viajar es un aprendizaje constante con equivocaciones y aciertos, ayuda a recuperar la mirada curiosa de la infancia en las alas de otra perspectiva, abre nuevas puertas a la imaginación. Es amanecer cada día de manera diferente y en distintos lugares mostrando tu lado amable a personas con las que nunca has convivido, compartir la mesa y espacios con otros viajeros de gustos e inquietudes similares o distintos a ti, hacer concesiones y amistades.

Después de cada viaje la vida cambia, nunca será igual, regresamos con un cúmulo de experiencias que dan lugar a una nueva historia personal, con la mente abierta  al descubrirnos a nosotros mismos, valorando y agradeciendo a la vida todo lo experimentado con los cinco sentidos, con la melancolía que queda al regresar después de la inquietud que sentimos al inicio de la aventura , donde hacemos un recuento de los momentos más que de los días, recordando el instante  en que soltamos las amarras y las velas para que el viento favorable que sopla el destino nos llevara a nuevos puertos.

El avance en la historia de la humanidad se debe en parte a los viajes y a sus viajeros, hombres que no sintieron miedo a enfrentar lo incierto con el afán de encontrar algo diferente en sus caminos y saciar el instinto de conocimiento propio del ser humano, dando como resultado el acervo cultural y científico origen de lo que hoy somos y tenemos.

Durante siglos la humanidad ha viajado, lo ha hecho en el sentido amplio de esta palabra, con dos puntos esenciales de todo recorrido: un inicio y un fin. Se hace directo sin detenerse y no retornar, podemos incluir alguna parada; hacerlo redondo para volver donde empezamos, iniciar en un punto y regresar a otro diferente al de inicio, o quedarse a mitad del camino. La vida misma es un gran recorrido con un destino final inevitable, seguimos un itinerario sujeto a cambios haciendo escala muchas veces sin planearlo para finalmente concluir este gran viaje en territorio incierto.

Al no poder viajar físicamente, se hace con la mente imaginando, conversando, escribiendo historias y leyendo, así se ha manejado desde siglos atrás pues la literatura es un gran viaje donde se mezclan el pensamiento propio con el del autor, travesía compartida que nos vuelve uno solo, simbiosis espiritual, amalgama de emociones, metáfora imprescindible como justificación para darle sentido a la existencia. El viaje se vincula con temas diversos para darles mayor sentido y encontrar la paz, la felicidad, la riqueza, el amor, el terruño añorado o prometido.

En muchas obras encontramos viajes físicos mezclados  con la trama finalizando al momento de terminar la historia: viaje interno, para llegar a la reflexión por medio de la meditación y encontrar la respuesta; viaje espacial, donde se rompen los límites terrestres por medio de la ficción; viaje al infierno o inframundo, tocando la delgada línea entre la vida y la muerte, la inmortalidad del alma y a veces de la carne; viaje mítico, con dioses y seres mitológicos sorteando todo tipo de adversidades.

Viajar por el tiempo es otro tema socorrido por la literatura donde se refleja el deseo del ser humano por retroceder y al mismo tiempo ir más allá de su realidad con el fin de enmendar lo que hoy es irremediable.

Otro viaje que para unos es placentero, para otros incorrecto y algunos más mortal, es el que producen los estimulantes, donde el equipaje que se carga es emocional. Mejor hagamos un viaje astral y conectémonos con nuestro Yo Superior.

Así vamos y venimos, con maletas, con mochilas, con sueños, con esperanzas, con tristezas, para escapar de la existencia real, o simplemente sin llevar nada; sin percatarnos que somos pasajeros involuntarios de la casualidad.

mcarmendelfin@hotmail.com

Imagen: Internet, sin fines de lucro para difusión cultural

TRASPASANDO LA LÍNEA / Maricarmen Delfín Delgado

COMENTARIO A LA OBRA LA DELGADA LÍNEA, DEL LIC. JULIO MÉNDEZ VALLEJO

Hoy como tiempo atrás, el ser humano ha sentido la necesidad de comunicar, de transmitir su historia de vida y todo lo que acontece a su alrededor, con el fin de trascender y dejar testimonio de su existencia y que la huella de su paso por este mundo no desaparezca. Así la pintura rupestre y los jeroglíficos son producto de este sentimiento de compartir las vivencias propias y ajenas, pasando de la transmisión oral a otro modo que las perpetuara como testimonio. De esta necesidad nació el periodismo y en el siglo XXVIII los primeros periodistas.

La creación literaria ha sido un acto natural en todas las épocas de la humanidad, donde se conjugan esa necesidad espiritual con la imaginación, la inspiración y la belleza de la palabra dando por resultado imágenes mentales que nos cuentan historias, reales y ficticias, apoyadas en lo tangible, bañadas por la magia de la ficción.  Entre ellas hay una fina línea como hilo de seda que las separa y finalmente las une con imperceptible puntada percibiendo la realidad como fantasía y la ilusión literaria como verosímil.

La unión entre la literatura y el periodismo se percibe desde las primeras obras escritas en centurias pasadas, en relatos que describen acontecimientos con pinceladas literarias, crónicas que platican hechos de interés colectivo con rigor informativo aunado al valor literario, antecedente de la novela reportaje. No modela una realidad a partir de la ficción, sino da carácter de ficción a la realidad, así la fugacidad de noticia periodística genera permanencia con la recreación literaria. Hoy tenemos la oportunidad de constatarlo con la excelente obra que aquí nos ocupa, ópera prima del Licenciado en Comunicación Julio Méndez Vallejo, en la que se reafirma la estrecha relación, la complicidad que existe entre ambas disciplinas, donde su habilidad narrativa, ligera, amena, directa, nos deleita y convida las experiencias en diversos planos de su vida. Como todo buen comunicador, recopila,

analiza, marca claramente su punto de vista para dejarlo asentado finamente en la narrativa que fluye y se desliza gracias al tinte literario de su escritura.

La delgada línea, recopilación sui géneris de trabajos de crónica periodística amalgamados armónicamente con narrativa personal, lo que le da un tinte muy especial pocas veces visto en otras obras de este tipo; precisamente la crónica periodística es el género de referencia para la narrativa informativa actual.

Esta obra toma una arista diferente y valiosa, tanto en la forma como en el fondo, su maquetación es muy original, a diferencia de otros autores, decide sustituir la numeración arábiga consecutiva de cada página por símbolos propios del manejo fotográfico, de acuerdo al tema tratado, iniciamos la lectura con el correspondiente al círculo de imagen el cual cambia de forma al avanzar las páginas, aparecen a la par de la historia narrada diferentes íconos, de luz, de paisaje, de sombra, macro, nocturno, en fin, variados al igual que la temática, diseño que es fiel reflejo de su pasión por la actividad que ha desempeñado desde muy joven, capturar en una imagen la esencia del hecho, ser un experto en la fotografía.

Pero no solamente en el fotoperiodismo se distingue nuestro autor, con este trabajo literario demuestra su habilidad narrativa, su capacidad para describir de una manera clara y con lenguaje sencillo fragmentos de su historia personal, íntimos y muy propios, sacarlos del valioso cofre de los recuerdos y compartirlos como parte de un sentido testimonio, entrelazando temas diversos, ya sea anécdotas políticas, aventuras juveniles, hechos cotidianos, sucesos policiacos, momentos de alegría, de tristeza. Llama la atención el entretejido literario con el que arma sus relatos haciendo uso de recursos como la narración enmarcada y tramas paralelas, para finalmente dar como resultado una crónica periodística. La Literatura y la Historia dieron origen al periodismo, que se apoyó en el género literario de la crónica, debido a la libertad y subjetividad del trabajo informativo surgió la crónica periodística entendiéndose como un género híbrido, así lo define Alex Grijelmo, explicando que ésta toma elementos de la noticia, del reportaje y del análisis.

El trabajo de Julio Méndez encaja perfectamente dentro de la definición anterior, el uso de la primera persona abona aún más la hibridez del género, ya que es la característica primordial de la narrativa personal. Así se arma el entramado literario de la obra tratante, tomando historia, noticia, testimonio y análisis del suceso.

El inicio del libro coincide con el inicio de una vida, el comienzo de una historia de mucho amor, del bebé dentro del vientre materno que siente las angustias y sacrificios de la madre y que sería el preferido del abuelo. La vida también se parangona con el periódico, al pasar las hojas nos colocan en diversos lugares, a veces en primera plana, en sociales, en policiaca, en política, en deportes, cubriendo eventos diversos. Todos hemos recibido una visita inesperada, sorprende, más si es la de los padres en nuestra escuela sin motivo aparente, no asusta, pero preocupa. Programas sociales y políticos fraudulentos, pobreza, época donde palabras como: Conasupo, tortibonos, Liconsa, daban un poco de esperanza a la tristeza. Desde las primeras páginas ya estamos dentro del mundo periodístico del autor.

La familia siempre será el referente de origen para contar alguna anécdota personal, de ella surgimos, es el crisol que nos amalgama emocionalmente, al compartir nuestro acontecer familiar nos brindamos a los demás, Julio se entrega en cada relato con fragmentos tan íntimos que el lector enseguida reconoce y valora la personalidad que lo caracteriza. Su madre, a quien dedica la obra, aparece por momentos en algún renglón, su esencia se desliza entre estas páginas, María Antonia sigue siendo la columna emocional que lo sostiene. Su padre, persona trabajadora, responsable y honesta, valores de su formación que lo caracterizan como la persona que hoy conocemos.

Al avanzar en la lectura nos sorprendemos nuevamente, para continuar tenemos que rotar el libro, el texto ahora se encuentra invertido, semejando la imagen espejo de una cámara fotográfica, otro punto a favor de su originalidad, éste marca la segunda parte igualmente interesante, con títulos que llaman la atención nos introducen al contexto político de una manera digerible entrelazados con la infaltable anécdota personal, característica esencial de este compendio, muestra inequívoca del talento innato que define al autor, además de periodista, como potencial escritor.

Como soporte de esta aseveración, diremos que más de la mitad de la obra escrita de José Martí y dos tercios de la de Rubén Darío se componen de textos publicados primeramente en periódicos, ejemplo de la interesante y estrecha relación que se produjo entre poesía modernista y crónica; de igual manera Gabriel García Márquez sobrevivió los primeros años antes de ser consagrado publicando su trabajo en periódicos y revistas. Autores como ellos contribuyeron a acuñar el concepto que hoy se reconoce como un género de prestigio: la crónica periodística literaria.

Hoy tenemos la oportunidad de disfrutar de una obra propia de este género, valiosa colección más que de textos, de reflexiones, aderezadas con el certero análisis tan necesario cuando de política se habla, pero, sobre todo, de sentimientos compartidos, como se percibe los titulados: Nada extraordinario llega a la vida de los mortales separado de la desgracia, La delgada línea entre un hombre y una mujer, y Sortilegio, lecturas que calan la consciencia. En El tufo de la corrupción está implícita la honradez, Frontera Norte es el despertar del sueño americano, y cómo una Despedida de Soltero es el lugar idóneo para que el comandante Marcos sea el foco de atención. En Cambio de rumbo el autor hace uso de la prosopopeya para ejemplificar claramente su mensaje, de igual manera en La caída del sistema emplea el sermocinatio para dar oportunidad a los innombrables de justificar sus actos.

Nuestra reconocimiento y felicitación al autor por este excelente trabajo narrativo, por compartir en cada escrito parte de sus experiencias, por obsequiar al lector imágenes de vida, por permitirnos, al conocerlo como escritor y como persona, traspasar esa delgada línea. Enhorabuena querido Julio.

ARENA DEL MANANTIAL / Reciente obra de Maricarmen Delfín Delgado

Igual que el manantial que brota con la frescura transparente, como el nacimiento de la vida que emana de lo profundo de las montañas, así se presentan los recuerdos, que con destacada claridad nos comparte Maricarmen Delfín. Los múltiples momentos que nos ofrece en estos textos, van del relato de experiencias de antaño al recuerdo lejano de emblemáticas y robustas Araucarias que buscan el cielo, dejando el sur del continente, regalo que se arraigó en esta tierra hasta convertirse en símbolos citadinos con una existencia de más de cien años, hoy son referentes en distintos puntos cardinales. Otras frondosas especies desprenden sus hojas en otoño, como las que dejó don Guillermo Prieto donde plasmó sus recuerdos de las visitas a nuestra ciudad, que también enriquecen este libro, sus cartas siguen siendo vigentes al discurrir el tiempo, con su pluma fue integrando su gusto por calles, sabores y gente en esas memorias.

Maricarmen destaca los personajes que han pasado por esta población asentada bajo el cerro del Macuiltépetl, reconociendo la belleza de la naturaleza, de las flores y sus hermosas mujeres como un jardín idílico, dejando huella perenne gracias a su pluma, conocimientos o  palabra, esto ha servido para dar constancia del Xalapa de antaño, lleno de grandes próceres de la educación, unos nativos, otros venidos de lejanas tierras, pero todos grandes formadores de generaciones haciendo sólida la cultura en nuestra ciudad.

De forma sencilla, por momentos poética, pero, sobre todo, expresando su cariño, su amor a la ciudad que la vio nacer, nos presenta estos momentos de la vida entre la tradición y la modernidad xalapeña. Los invito a deleitarse con estas páginas que nos unen, nos ofrecen un sentido de pertenencia sobre ésta, nuestra amada tierra.   

Alberto Calderón P.

Arena del manantial es una breve selección de los innumerables textos que han sido producto del trabajo periodístico de la autora y que por varios años ha escrito para diferentes medios informativos. En cada uno de ellos relata, muy a su estilo, diversos pasajes de la historia de la bella ciudad de las flores. Con su hermosa prosa poética nos lleva a un interesante viaje a través del tiempo para conocer la historia, construcción, costumbres y tradiciones de la bella ciudad de Xalapa, que como ella menciona, es una ciudad con apellido, pues como todos sabemos su nombre completo es Xalapa de Enríquez. Maricarmen Delfín Delgado, en complicidad con su fina pluma, relata de forma, por demás amena, los inicios de la ciudad, cómo se fue formando, de dónde llegaron sus primeros pobladores, de qué manera se construyó; para más adelante hacer mención de personajes xalapeños que han sobresalido en la política, la historia, la cultura, el arte y la religión, entre otras actividades. También nos ilustra sobre el auge cultural que tuvo Xalapa a principios del siglo XX gracias a uno de sus gobernantes que fue amante de las expresiones culturales. En este rubro, la autora hace énfasis en la importancia de la Universidad Veracruzana y la Orquesta Sinfónica de Xalapa, íconos representativos de esta pequeña gran ciudad. Otro apartado que aborda con deliciosas letras es la comida xalapeña, considerada como patrimonio cultural gracias a su gran variedad de colores y sabores, tanto dulces como salados; sin dejar atrás la importancia del café y espacios de tradición que ofrecen degustar tan aromático y delicioso líquido, algunos aún mantienen sus puertas abiertas; así como las panaderías de se han destacado por su antigüedad y calidad en la elaboración de sus productos. Maricarmen, como auténtica xalapeña, no puede dejar de hacer mención sobre algunas de sus vivencias en el barrio en que creció y experiencias acaecidas en el transcurso de su vida, ella ha inundo esta obra de historia, nostalgia, alegrías y mucho amor al Manantial en la Arena.

Blanca Vargas

Imagen de la portada: Casa tradicional xalapeña, óleo de Alberto Calderón

NI TE PREOCUPES / Maricarmen Delfín Delgado

Por fin llegó el día tan esperado, cuando recibí la invitación para esta grandiosa fiesta pensé que no habría problema para organizarme ya que aún faltaban varias horas para que se realizara, pero como soy precavida, decidí revisar mi ropero en busca del atuendo que llevaría para lucir de acuerdo con la fecha, me gustaría ponerme mi chal con coloridas flores sobre un ropaje negro, al abrirlo me dije: no tengo nada que ponerme, ni modo, ya veré como consigo algo para mañana.

Me sorprendí al saber  que los conocidos de mi colonia también estaban invitados, que todos estarían en la celebración para convivir con los asistentes, me emocioné aún más y como solidaria vecina, fui de casa en casa preguntando qué llevarían para compartir porque, como en toda fiesta mexicana, lo más importante es la comida como parte de nuestra identidad y añeja tradición, yo llevaré chocolate pero no podré llevar el pan, alguien me dijo: ni te preocupes, allá habrá mucho, en los altares no puede faltar, nosotros también llevaremos algo sabroso que estimule el recuerdo y los sentidos.

Hay mucha gente saliendo del vecindario, todos se apresuran para tomar su camino, se mezclan unos con otros pero con cierto orden, primero, las mascotas saltan de aquí para allá seguidos por los niños, ellos también corren y avanzan adelante de los adultos, los mayores sonríen caminando con parsimonia como si el tiempo no les importara, su andar es tan lento que parecieran flotar. Aunque todos llevamos prisa por llegar a nuestro respectivo festejo, se respira la calma y la alegría, se nota que es un día de fiesta, un día especial, después del encierro en que hemos estado.

Por fin llego, en la puerta me encuentro a mis vecinos que se organizan para entrar, espero un momento, uno de ellos me dice: parece que nosotros nos tenemos que acomodar donde está el camino amarillo, a un costado del altar donde el cempasúchil y las velas nos iluminarán mientras estemos con ellos, después probaremos todo lo que está colocado en la mesa que adornaron con tanto esmero para la celebración.

Veo a mis amigos, mi corazón parece salirse por la  emoción, sonríen y bromean, recuerdan anécdotas, los momentos en que hemos estado juntos, los días difíciles compartidos que se afrontaron con entereza y solidaridad, surgen reflexiones también nostalgia, finalmente retoman el ánimo para seguir charlando con nosotros.

Después de un rato algunos se despiden, comentan que también tienen que ir a celebrar con su familia pues saben que en estos días los esperan con mucho amor para consentirlos con las viandas que a ellos les gustan, deben apresurarse para aprovechar el tiempo que estarán juntos ya que tendrán que regresar al barrio donde ahora vivimos.

Por fin se desocupan, me levanto para ir a saludarlos pero están distraídos charlando, no insisto, ya habrá otra ocasión para  ponernos al corriente; aprovecho para regresar a casa con mi comadre que vive al lado, me dice que estuvo muy hermosa la fiesta, le comento que no pude vestirme como quería ya que mi ropero estaba vacío, así sucede, me responde, cuando una se va la familia todo regala, mira, ni te preocupes, con las flores del altar podrás adornarte, aprovechemos esta ráfaga de viento para volver a nuestro lugar pues hoy fue un día muy ajetreado, mañana descansaremos para volver con los nuestros cuando el aire de otoño remueva los recuerdos.

Imagen: Internet, Poema del alma, Louis Janmot (1814-1892)

TERCERA ESTACIÓN / Maricarmen Delfín Delgado

¡Ah, el otoño!, su viento sopla como suave abrazo color marrón entre el verano y el invierno que invita al reacomodo espiritual, obligando al cuerpo a guardarse en quietud en busca calor y cobijo, de esparcimiento y amor. En ocasiones le reprochamos por la caída de las hojas, por la tímida y fría brisa, por la ausencia de sol, por el encierro obligado, sin embargo, la naturaleza es agradecida con la tercera estación pues regala el color y el perfume del crisantemo, la bignonia y el áster que lucen con todo su esplendor; con este colorido enfoque Albert Camus parangonó la estación diciendo: “el otoño es una segunda primavera, cada hoja es una flor”.

En la filosofía oriental la primavera simboliza la juventud y el florecimiento, el verano es la época donde nacen los frutos, el otoño representa la etapa del cambio donde las hojas secas se desprenden para dar paso a un nuevo follaje más maduro antes del descanso invernal. El poeta Leopoldo Lugones en su poema Amor eterno, aplica esta simbología: “No temas al otoño si ha venido / aunque caiga la flor, queda la rama, / la rama queda para hacer el nido”.

Siempre relacionamos al otoño con la caída de las hojas, lo culpamos por dejar las ramas desnudas y al árbol entristecido, sin embargo, éstas ya han cumplido su misión, cuando fueron verdes le proporcionaron oxígeno, realizaron la fotosíntesis, transformaron el bióxido de carbono, sostuvieron la vitalidad de su poseedor.

Al llegar el otoño las hojas secas caen como lluvia vegetal, no están muertas, quedan ahí almacenadas para cumplir la siguiente misión en esta segunda etapa, se convierten en abono, en cálido tapete, en ropaje de nido, aumentan la fertilidad y retienen la humedad, el acolchado de trituradas hojas protege a las plantas, cobija insectos, es un calefactor natural.

Son tema de canciones y poemas de amor, también de cantos infantiles. El poeta francés Jacques Prévers las hizo famosas en su canción “Las hojas muertas”:

“Las hojas muertas se nos agarran a la piel, ya lo ves no he olvidado nada, las hojas muertas se amontonan por las calles como las penas y los recuerdos.”

Gustavo Adolfo Bécquer en su narrativa Las hojas secas, entabla un diálogo entre dos de ellas que se preguntan cuál será su destino:

“…¿De dónde vienes, hermana? -Vengo de rodar con el torbellino, envuelta en la nube de polvo y de las hojas secas, nuestras compañeras, a lo largo de la interminable llanura. ¿Y tú? -Yo he seguido algún tiempo la corriente del río hasta que el vendaval me arrancó de entre el légamo y los juncos de la orilla. -¿Y adónde vas? -No lo sé. ¿Lo sabe acaso el viento que me empuja?…”

Ha llegado la estación más apasionada del año y la literatura lo sabe, el otoño como motivante inspiración regala su color, su aroma y un suspiro convertido en suave airecillo para envolver el alma y el cuerpo, en un vaivén de sentimientos que vuelan como aquellas hojas entre las ramas del árbol de la vida.

Mi tiempo otoñal se anida en la piel

Recorre, busca y se acomoda sigiloso

En espera de dejar su huella fiel

Pero solo se muestra como un esbozo

No permito me labre con su cincel.

Podrá tomar mi cuerpo como suyo

Por naturaleza evitarlo no puedo

Con mi sabiduría lo diluyo

Rejuvenezco el alma con esmero.

Recibo el otoño como renovación

No como atribulada vejez

Vivo, canto y bailo con la emoción

De existir en plenitud cada vez

Saboreando las mieles de la tercera estación.

Imagen: Internet, «Soledad de otoño» de Leonid Afrémov.

MISIÓN CUMPLIDA / Maricarmen Delfín Delgado

Seguramente todos nos hemos enfrentado a diversas situaciones a lo largo de nuestra existencia, al reflexionarlo tendremos una basta lista de eventos que vamos coleccionando, enfrentando gracias a la capacidad del ser humano para adaptarse, característica que permite actuar adecuadamente, vivir bien y seguir adelante. Así, nos transformamos, aprendemos, acumulamos experiencia, damos un paso al frente.

En el andar por el camino de la vida pasamos por muchas faces, cada uno las transitamos de forma personal y muy particular, pero en general nos hemos adaptado a cada situación, a cada persona, a cada rutina, completado etapas, abriendo y cerrando ciclos, de todo esto se compone nuestra historia, donde los sentimientos entretejen la poderosa fuerza que nos mueve en el diario acontecer.

Hemos sido infantes, hijos de familia, estudiantes, trabajadores, también construimos una familia, somos padres y madres, cuidamos y formamos a los hijos, y en algunos casos, el destino nos regresa con nuestros progenitores completando un ciclo.

Hoy nos reúne un mismo fin, un mismo sentimiento, demostrarle nuestro cariño a través del reconocimiento a la trayectoria docente de una valiosa mujer, a la maestra que durante x años se dedicó en cuerpo y alma a la formación de miles de jóvenes, que seguramente ya son exitosos profesionistas, o aún están en el proceso para llegar a serlo, que gracias a sus enseñanzas siempre de la mano de su filosofía moral, su cariño, acertado consejo y algún regaño cuando fuese necesario, se conducen  por el buen camino hacia el éxito seguro.

Ser docente no es tarea fácil, requiere de responsabilidad dentro y fuera del ámbito escolar, de profesionalismo, pero, sobre todo, de vocación y entrega para formar hombres y mujeres como ciudadanos con  preparación académica y ética; el maestro es el mediador entre el alumno y la sociedad, de su labor depende la construcción de una mejor comunidad, su habilidad para transmitir el conocimiento y potenciar las habilidades como persona es su compromiso fundamental.

Laura Castañeda Nevárez, nuestra querida Laurita, así le nombramos quienes le queremos y tenemos la fortuna de contar con su amistad y cariño, la maestra de música de la Escuela Secundaria General  # 4 “David Alfaro Siqueiros”, la  risueña, ocurrente y bromista compañera de trabajo, la amiga franca y solidaria de noble corazón, la hermana cristiana que siempre tiene palabras de consuelo y una oración para quien las necesite, la madre amorosa y abuela consentidora, la hija dispuesta para su madre, la esposa entregada y solidaria, evidentemente una gran mujer.

De mente abierta, lo que le permitió conocer múltiples situaciones en las que sus chicos estaban inmersos, brindando las condiciones adecuadas para solucionar conflictos, analizar, implementar estrategias que les favorecieran en el aprendizaje. Su capacidad de comunicación le permitió platicar y escuchar, generar un ambiente flexible, de confianza constante con sus estudiantes, siempre paciente, disponible, empática, motivadora, apasionada en su diaria labor al frente de su grupo. Lo pudimos comprobar personalmente cuando fuimos invitados a su escuela brindándonos la oportunidad de convivir e intercambiar experiencias con maestros y alumnos. Gratos recuerdos.

La vida sigue su camino, atesoramos los recuerdos que cada etapa va dejando, cerramos ciclos y avanzamos hacia otra, Laura ha concluido una hermosa y muy valiosa etapa en su andar por este mundo, su ciclo de docente activa llegó hasta donde debía, lo ha cerrado con gran satisfacción, orgullo, amorosamente, tal vez la nostalgia la visite en algún momento repasando ciertos episodios donde seguramente tuvo que organizarse, adaptarse a los cambios que su vida laboral le imponía.

Ahora comienza otra fase, un nuevo periodo con la tranquilidad de haber cumplido los anteriores satisfactoriamente, en el que le esperan gratas experiencias en un contexto de jubilación, de decisiones libres del compromiso laboral, al que se adaptó rápidamente motivada por el sentimiento de pertenencia a otros grupos, cobijada con el abrazo fraterno y desinteresado.

Laurita querida, una vez más reafirmamos nuestra admiración y reconocimiento a tu lucha diaria por cumplir con firmeza tu compromiso como docente, con tus discípulos, con tus compañeros, con tus amigos, con tu familia, contigo misma, pero especialmente por ser quien eres, por tu carisma, por tu esencia.

Sean estas humildes letras las alas que te cobijen como parte esencial de nuestra agrupación, donde todos y cada uno de sus miembros, te recibimos gustosos en la nueva etapa de tu vida, con un abrazo nacido del corazón.  Felicidades, querida amiga.

mcarmendelfin@hotmail.com

SEPTIEMBRE / Maricarmen Delfín Delgado

El viento suspira y las hojas lucen su dorado ocre, dóciles se dejan arrullar por su mano.

Aromas de madera abrigan los suspiros, la piel necesita calor y resguardo buscando arroparse en tibio regazo, ahora las avecillas cantan tímidas su fragilidad, con gráciles aleteos buscan cobijo.

Mi árbol ya no asegura sombra tras entregar su follaje al aire de temporada, el camino toma un húmedo brillo reflejando mi andar, pareciera que mis botas se alegran al salir nuevamente después de su obligado letargo.

El suéter soporta el apretón de la atrevida bufanda en un abrazo cálido y audaz, el sombrero resignado espera que pronto aparezca su cómplice el abrigo, juntos disfrutarán la temporada en su edén.

La bruma de algodón empaña mi ventana, miro con nostalgia los campos cafés que ocupan el bosque, tomo la taza con té y me acomodo frente a la chimenea, es rico sentirse plena.

El murmullo del follaje recorre los espacios, con nostálgica voz las ramas extrañan su pasado verdor, viajan por el ambiente para caer crujiendo su fragilidad, misma que sienten otros cuerpos a los que el noveno mes impregnó un puñado de imparable tiempo, los recuerdos y la nostalgia tomados de la mano nos susurran en la memoria.

Bienvenido septiembre, la puerta al otoño.

mcarmendelfin@hotmail.com

Imagen: Internet, para difusión cultural sin fines de lucro

GÉNESIS DE VIDA Y MUERTE / Maricarmen Delfín Delgado

Fuego, concepto de múltiples acepciones de acuerdo con el contexto en que se sitúe, símbolo de vida, poder, pasión, misticismo, calor, peligro, destrucción y muerte.

A partir de que la especie humana descubrió el fuego dio un salto evolutivo, cambió la forma de alimentarse, de sociabilizar y de ver su entorno, a partir de esto, evolucionó su mundo. Al descubrirlo y dominarlo tuvo el problema de poder conservarlo, necesitaban un guardián para custodiarlo y así se apropiaron del fuego las religiones, hasta estos días sigue ardiendo en sus lugares de culto.

Fuego sagrado brillas en los santuarios, emerges del pebetero, tu fosforescencia permanece custodiada en el límpido altar que guarda las esperanzas, los deseos y las tribulaciones de los mortales, tu luz bendice el pan que alimenta el espíritu.

La adoración siguió a través del tiempo y se transformó en el culto al Sol, todos los pueblos lo adoraban como el más preciado elemento pensando que tenía vida convirtiéndolo en una deidad suprema hijo del astro solar. Los caldeos lo veneraban, pero los persas extendieron su culto, lo tenían por todas partes rodeado de muros sin techo para que la población llegara a rogarle y rendirle con esencias valiosas, flores aromáticas y joyas que le arrojaban para ser consumidas.

Fuego adorado durante milenios como el hijo del astro supremo, de tu ardiente corazón brota vida para compartirla con tus seguidores que te alimentan con las esencias de la naturaleza, con las gemas más preciadas simulando sus ojos, ventanas del alma abiertas para que tu presencia se funda hasta el más íntimo rincón de su humanidad, quedando cautivo como antaño entre los muros de la eternidad.

Cuando un rey persa moría se apagaban todos los fuegos de la población y sólo se encendía uno nuevo al momento de la coronación del sucesor. En esta y otras culturas se creía que el fuego había llegado del cielo y como elemento sagrado no debía ser ofendido, no se permitía arrojarle algo impuro ni mirarlo directamente; los sacerdotes lo conservaban secretamente divulgando la creencia de que tenía vida propia y se autoalimentaba.

En diferentes pueblos fueron variadas las creencias: al regresar de las batallas o de algún peligro inminente se encendía la hoguera para danzar a su alrededor y dar gracias por conservar la vida. Antes de comer se arrojaba el primer bocado al fuego para agradecer los alimentos; no permitían entrar a ningún extranjero a sus territorios sin antes haber pasado entre dos hogueras; evitaban meter en él los cuchillos y las hachas. Otras culturales pensaban que dentro del fuego habitaba un ser con doble personalidad que representaba al bien y al mal, le ofrendaban sacrificios constantes para que les ayudara en la pesca, en la agricultura o para concebir un hijo varón.

Fuego parangón de vida y de muerte, mensajero del bien y del mal, regalo de los dioses para no ser profanado por la mirada de los mortales, ser celestial guardado cual tesoro divino en el cofre secreto de los místicos destinados a cuidarte, ritos y leyendas danzan a tu alrededor, sacrificios y ofrendas alimentan tu dualidad.

En la antigua Grecia mantenían una llama eterna frente a los templos de sus deidades, así como en los límites de Olimpia para honrar a Zeus y recordar el mito de Prometeo. Este fuego sagrado debía ser puro y se encendía en el Monte Olimpo (hogar de los dioses olímpicos) mediante una skaphia, algo similar a una lupa, exponiéndola a los rayos solares para provocar una flama sobre hojas de laurel de donde era tomado el fuego con una antorcha para transportarlo hasta la cede de las competencias.

Llama de eterna brillantez nacida del aliento de los dioses, brotas del Olimpo para deslizarte entre cuerpos y mentes, fortaleza y pensamiento, tu calor viaja por las venas mezclando la sangre que se convertirá en una sola, tibieza de hermandad, luz espiritual que se refleja en los corazones, incitas la fogosa competencia que mengua cuando muere tu flama al nacer el día.

En la literatura el lenguaje debe ser bello, la figura literaria es el objeto estético y connotativo entendido como la comunicación íntima de dos almas, del escritor al lector, creándose una imagen poética placentera y efímera que satisface con el embellecimiento de la palabra. Así, el fuego como figura literaria tiene una acción dinámica y fuerte que sobrepasa el pensamiento exaltando sentimientos, traspasa las reglas de la significación, palabras irreverentes que arden en el fogón de las pasiones humanas donde se consume el ser.

Qué somos en este mundo, no sólo materia fugaz que desaparece tras la muerte:

Somos fuego místico guardado en los laberintos del ser, impetuoso se enciende cuando nace el día emulando la llama solar.

Somos fuego en plenitud esperando el momento preciso para dar fuerza a la hoguera.

Imagen: Internet (Amazon), para divulgación cultural sin fines de lucro.

maricarmendelfind@gmail.com

LA OTRA CARA DE LA LIBERTAD / Maricarmen Delfín Delgado

El 28 de octubre de 1886 fue inaugurada la Estatua de la Libertad, símbolo de Nueva York e ícono emblemático de los Estados Unidos de Norteamérica. Fue un regalo de Francia para el pueblo norteamericano en conmemoración del centenario de su independencia. Está situada en la entrada del puerto neoyorquino.
Frédéric Auguste Bartholdi, también conocido por el sobrenombre de Amilcar Hasenfratz, destacado escultor francés es especialmente reconocido por ser el autor de la célebre “Estatua de la Libertad” o “La libertad que ilumina el mundo”, que es su nombre original, ya que la antorcha que sostiene la simboliza. Entre otras de sus obras famosas se encuentra el monumental “León de Belfort”, construido en un acantilado de esta ciudad para celebrar la heroica resistencia durante la guerra franco-prusiana. Además de otras 33 obras escultóricas igualmente bellas e icónicas.
El proyecto surgió en 1871 por iniciativa de un grupo de intelectuales que conformaban la Unión Franco-Americana al frente del académico Edouard de Laboulaye con el fin de encarnar la amistad, la paz y el progreso internacionales y afirmar los lazos entre Francia y los Estados Unidos de Norteamérica. El proyecto original fue de una escultura similar que estaría colocada en aquel país.
Se calcula que el escultor tardó más de diez años (1875-1886) en crear el monumento con la importante colaboración del ingeniero Gustave Eiffel quien diseñó la estructura metálica interna; este proyecto lo inició el escultor Eugene Emmanuel Viollet y a su muerte lo retomó Bartholdi. El escultor tomó como modelo las antiguas obras clásicas, expresando: “Estos seres de granito, en su imperturbable majestad, parecen estar escuchando aún la más remota antigüedad. Su mirada amable e impasible parece ignorar el presente y fijarse en un futuro ilimitado.”
Compuesta por la figura de una mujer que emula a la diosa romana Libertas porta una enorme corona de siete picos, con una altura de 93 metros desde el piso hasta la punta de la antorcha cuya flama está cubierta con láminas de oro de 24 kilates, su singular rostro está mirando hacia el continente que la vio nacer.
¿Pero ese rostro, en quién fue inspirado? La versión más aceptable pone a la madre del escultor como modelo, la señora Augusta Charlotte, Bartholdi nunca desmintió este hecho. Sin embargo, se ha mencionado otra historia más romántica, algunos autores afirman que la verdadera musa inspiradora fue la francesa Isabella Eugenie Boyer, hija de padre francés y madre inglesa.
Ella se casó en Nueva York a los 22 años con el empresario Isaac Singer de 52, fundador de la famosa empresa fabricante de máquinas de coser; en 1867 regresaron a París para años después mudarse a Inglaterra. Singer murió en 1875 quedando Isabella soltera y popular por su atractivo, en ese año Bartholdi aún no se casaba con su amante que posteriormente sería su esposa, se rumora que él la conoció quedando impactado por su belleza.
En 1879 se casa nuevamente con el famoso músico holandés Víctor Reubsaet, violinista y cantante de éxito internacional quien muere en 1887. Aún muy atractiva, en 1891 contrae matrimonio por tercera vez con el coleccionista de arte Paul Sohege. Isabelle muere en mayo de 1904 a la edad de 62 años, curiosamente en el mismo año que Auguste Bartholdi (4 de octubre de 1904), quedando registrada en la historia del monumento como la otra cara de la libertad.

El 28 de octubre de 1886 fue inaugurada la Estatua de la Libertad, símbolo de Nueva York e ícono emblemático de los Estados Unidos de Norteamérica. Fue un regalo de Francia para el pueblo norteamericano en conmemoración del centenario de su independencia. Está situada en la entrada del puerto neoyorquino.
Frédéric Auguste Bartholdi, también conocido por el sobrenombre de Amilcar Hasenfratz, destacado escultor francés es especialmente reconocido por ser el autor de la célebre “Estatua de la Libertad” o “La libertad que ilumina el mundo”, que es su nombre original, ya que la antorcha que sostiene la simboliza. Entre otras de sus obras famosas se encuentra el monumental “León de Belfort”, construido en un acantilado de esta ciudad para celebrar la heroica resistencia durante la guerra franco-prusiana. Además de otras 33 obras escultóricas igualmente bellas e icónicas.
El proyecto surgió en 1871 por iniciativa de un grupo de intelectuales que conformaban la Unión Franco-Americana al frente del académico Edouard de Laboulaye con el fin de encarnar la amistad, la paz y el progreso internacionales y afirmar los lazos entre Francia y los Estados Unidos de Norteamérica. El proyecto original fue de una escultura similar que estaría colocada en aquel país.
Se calcula que el escultor tardó más de diez años (1875-1886) en crear el monumento con la importante colaboración del ingeniero Gustave Eiffel quien diseñó la estructura metálica interna; este proyecto lo inició el escultor Eugene Emmanuel Viollet y a su muerte lo retomó Bartholdi. El escultor tomó como modelo las antiguas obras clásicas, expresando: “Estos seres de granito, en su imperturbable majestad, parecen estar escuchando aún la más remota antigüedad. Su mirada amable e impasible parece ignorar el presente y fijarse en un futuro ilimitado.”
Compuesta por la figura de una mujer que emula a la diosa romana Libertas porta una enorme corona de siete picos, con una altura de 93 metros desde el piso hasta la punta de la antorcha cuya flama está cubierta con láminas de oro de 24 kilates, su singular rostro está mirando hacia el continente que la vio nacer.
¿Pero ese rostro, en quién fue inspirado? La versión más aceptable pone a la madre del escultor como modelo, la señora Augusta Charlotte, Bartholdi nunca desmintió este hecho. Sin embargo, se ha mencionado otra historia más romántica, algunos autores afirman que la verdadera musa inspiradora fue la francesa Isabella Eugenie Boyer, hija de padre francés y madre inglesa.
Ella se casó en Nueva York a los 22 años con el empresario Isaac Singer de 52, fundador de la famosa empresa fabricante de máquinas de coser; en 1867 regresaron a París para años después mudarse a Inglaterra. Singer murió en 1875 quedando Isabella soltera y popular por su atractivo, en ese año Bartholdi aún no se casaba con su amante que posteriormente sería su esposa, se rumora que él la conoció quedando impactado por su belleza.
En 1879 se casa nuevamente con el famoso músico holandés Víctor Reubsaet, violinista y cantante de éxito internacional quien muere en 1887. Aún muy atractiva, en 1891 contrae matrimonio por tercera vez con el coleccionista de arte Paul Sohege. Isabelle muere en mayo de 1904 a la edad de 62 años, curiosamente en el mismo año que Auguste Bartholdi (4 de octubre de 1904), quedando registrada en la historia del monumento como la otra cara de la libertad.

Frédéric Auguste Bartholdi, también conocido por el sobrenombre de Amilcar Hasenfratz, destacado escultor francés es especialmente reconocido por ser el autor de la célebre “Estatua de la Libertad” o “La libertad que ilumina el mundo”, que es su nombre original, ya que la antorcha que sostiene la simboliza. Entre otras de sus obras famosas se encuentra el monumental “León de Belfort”, construido en un acantilado de esta ciudad para celebrar la heroica resistencia durante la guerra franco-prusiana. Además de otras 33 obras escultóricas igualmente bellas e icónicas.

El proyecto surgió en 1871 por iniciativa de un grupo de intelectuales que conformaban la Unión Franco-Americana al frente del académico Edouard de Laboulaye con el fin de encarnar la amistad, la paz y el progreso internacionales y afirmar los lazos entre Francia y los Estados Unidos de Norteamérica. El proyecto original fue de una escultura similar que estaría colocada en aquel país.

Se calcula que el escultor tardó más de diez años (1875-1886) en crear el monumento con la importante colaboración del ingeniero Gustave Eiffel quien diseñó la estructura metálica interna; este proyecto lo inició el escultor Eugene Emmanuel Viollet y a su muerte lo retomó Bartholdi. El escultor tomó como modelo las antiguas obras clásicas, expresando: “Estos seres de granito, en su imperturbable majestad, parecen estar escuchando aún la más remota antigüedad. Su mirada amable e impasible parece ignorar el presente y fijarse en un futuro ilimitado.”

Compuesta por la figura de una mujer que emula a la diosa romana Libertas porta una enorme corona de siete picos, con una altura de 93 metros desde el piso hasta la punta de la antorcha cuya flama está cubierta con láminas de oro de 24 kilates, su singular rostro está mirando hacia el continente que la vio nacer.

¿Pero ese rostro, en quién fue inspirado? La versión más aceptable pone a la madre del escultor como modelo, la señora Augusta Charlotte, Bartholdi nunca desmintió este hecho. Sin embargo, se ha mencionado otra historia más romántica, algunos autores afirman que la verdadera musa inspiradora fue la francesa Isabella Eugenie Boyer, hija de padre francés y madre inglesa.

Ella se casó en Nueva York a los 22 años con el empresario Isaac Singer de 52, fundador de la famosa empresa fabricante de máquinas de coser; en 1867 regresaron a París para años después mudarse a Inglaterra. Singer murió en 1875 quedando Isabella soltera y popular por su atractivo, en ese año Bartholdi aún no se casaba con su amante que posteriormente sería su esposa, se rumora que él la conoció quedando impactado por su belleza.

En 1879 se casa nuevamente con el famoso músico holandés Víctor Reubsaet, violinista y cantante  de éxito internacional quien muere en 1887. Aún muy atractiva, en 1891 contrae matrimonio por tercera vez con el coleccionista de arte Paul Sohege. Isabelle muere en mayo de 1904 a la edad de 62 años, curiosamente en el mismo año que Auguste Bartholdi (4 de octubre de 1904), quedando registrada en la historia del monumento como la otra cara de la libertad.

mcarmendelfin@hotmail.com

Imagen: Internet, para divulgación cultural sin fines de lucro.

¿Te gusta leer? / Por: Alberto Calderón P.

Uno de los placeres del ser humano es sin dudarlo la escritura, como una forma de comunicación, de enseñanza, para atesorar los tiempos idos y contar con un registro de la historia de las personas y los pueblos, pero también como una forma de recreación en donde los escritores a través de la imaginación nos permiten acercarnos a mundos e historias que son producto de su imaginación, lecturas que disfrutamos al ir pasando las páginas ya sea por medios impresos en un libro que lleva el ritmo de tu lectura, que puedes dejar sobre un mueble y te espera hasta que tienes el tiempo y ánimo para seguir leyendo sus páginas. Hoy en día cada vez más lectores se acercan a las lecturas digitales principalmente en tabletas y dispositivos diseñados exprofeso para tal fin.

Comentaba hace unos días con un amigo que no se a que se deberá, pero de lo que si estoy convencido a título personal es que leo más rápido en un dispositivo que en un libro, a que se debe, no lo sé. Lo que puedo decirles es que ahora existen diversas posibilidades para poder leer un libro o que no los lean, sí así es, día a día la tecnología avanza, algunos nos quedamos paralizados, pero tenemos que reaccionar e integrarnos a los avatares de los nuevos modelos que nos ofrece la tecnología para el conocimiento y la recreación de las historias contenidas en los libros. En la actualidad existen plataformas en donde uno puede pagar de unos cien a ciento cincuenta pesos mensuales para tener millones de lecturas a la mano, las más variadas revistas con temáticas específicas, documentos, partituras musicales, libros recientes o no tan recientes de todos los temas, información en PDF que uno puede descargar y algo que si uno no aprovecha es porque en realidad no le interesa la lectura, los audiolibros, una tendencia que está tomando no se si su segundo o tercer aire y que es una alternativa para las personas que por su tiempo no tienen la posibilidad de sentarse cómodamente a leer, cuando uno puede contar con un audiolibro lo puede escuchar mientras desarrolla alguna actividad, al hacer ejercicio, una actividad manual, en el auto, durante un viaje y muchas otras posibilidades más. Ahora las voces moduladas de los narradores hacen más amigable el que uno siga la secuencia de alguna historia, ensayo, novela, libro motivacional o tantas otras posibilidades que se encuentran disponibles. No, no soy agente de ventas, tampoco llevo comisión por lo expuesto, simplemente abro todo el abanico de posibilidades que uno encuentra que se ofertan hoy en día y si no las aprovecha es porque en realidad no quiere uno leer.

Para finalizar les diré que en Internet existen muchas posibilidades para encontrar libros, audiolibros ensayos y más gratis, solo es cosa de tener la motivación y curiosidad para ejercer uno de los placeres que nos brinda la lectura, no me quiero ir sin recordar algunos escritores que nacieron en este mes de julio. Uno de los grandes Hermann Hesse, Premio Nobel 1946, autor de obras como El lobo estepario, Siddhartha y otros, el nació el 2 de julio. Franz Kafka, nació el 3 de este mes y su obra cumbre fue La metamorfosis. Marcel Proust que nació un 10 de julio, su obra más conocida es En busca del tiempo perdido. Pablo Neruda que nació el 12, publicó 20 poemas de amor y una canción desesperada. Ernest Hemingway nació el 21, destaca El viejo y el mar. Alexander Dumas, Elías Canetti, Antonio Machado, Juan Jacobo Rousseau, Primo Levi y muchos más del mes de julio a los que te invito te acerques a sus lecturas.

Xalapa2000@hotmail.com

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TELESCOPIO / Por: Alberto Calderón P.

El cielo, esa bóveda que nos ofrece la luz del día por medio de nuestra estrella enana a la denominamos sol, creador de vida y la noche que siempre ha intrigado a los seres humanos, llena de misterios, desconcertante por todo lo que guarda, a lo largo del tiempo hombres de las diversas culturas se han dispuesto a escudriñar sus secretos.

Es sorprendente conocer que en el siglo tercero antes de la era cristiana el astrónomo griego Aristarco de Samos a partir de sus observaciones era partidario del heliocentrismo, dando un salto en el tiempo nos encontramos al padre de la astronomía moderna surgida durante el renacimiento Nicolás Copérnico, originario de las tierras polacas, con un trabajo intenso de más de 25 años sobre su teoría del modelo heliocéntrico donde su argumento ahora muy común pero que en el siglo XVI era difícil de concebir, sobre los planetas que giran en torno al sol, después vino Johannes Kepler incluyendo las ondas elípticas. Pero no solo estos grandes matemáticos y astrónomos aportaron sus conocimientos, en la cultura maya y en general todas las culturas mesoamericanas tuvieron como una de sus pasiones, calcularon con exactitud los periodos de la luna, el sol y las estrellas Pléyades, los sacerdotes eran los científicos, siendo capaces de predecir eclipses y el curso de Venus desde sus sitios de observación con la pura mirada.

Ya para 1608 se oficializó el invento del telescopio por el alemán Hans Lippershey. Ya utilizado por Galileo Galilei desde tiempo atrás. El nombre de este instrumento para ver lo que el ojo humano sería imposible de percibir, surge de las voces griegas “tele” que se refiere a lejos y el sufijo “scopio” que se refiere a ver. Isaac Newton ideó otro tipo de telescopios a base de espejos, de ahí han venido evolucionando de forma gradual hasta llegar a nuestros días.

Dos telescopios nos sorprenden por la capacidad que tienen gracias a su desarrollada tecnología, el primero de ellos fue el Hubble, nombre que le fue asignado en honor al astrónomo Edwin Hubble, este se encuentra a una altura de 593 kilómetros sobre el nivel del mar, una de sus ventajas en ese momento era que a esa altura se eliminaban las turbulencias atmosféricas que podrían suscitarse en la tierra, disminuyendo la calidad de las imágenes. Su innovador sistema le permitía ser visitado en misiones de servicio para mejorar cualquier avería, escalar su capacidad o brindarle mantenimiento, de estas se realizaron cinco, es un ojo que mira al pasado con un peso de once toneladas en forma cilíndrica, en su exploración del universo se menciona que la edad del mismo podría ser menor a lo supuesto con una edad de apenas ocho mil millones de años, ha enviado imágenes de cometas, agujeros negros, a tomado unas 500 mil fotografías, orbita la tierra a unos 28 mil kilómetros por hora, creó un catalogo de unas 15 millones de estrellas.

Hace unos días se difundieron las primeras imágenes del nuevo telescopio que se puso en órbita James Webb cuyo lanzamiento se dio el 25 de diciembre del 2021 desde la Guyana Francesa. Es una noticia maravillosa con una pretensión excelsa al buscar la luz de las primeras estrellas, es el mayor telescopio de la historia humana con un costo de 10 mil millones de dólares, estará en una exploración continúa buscando la luz que ha estado viajando en la inmensidad del espacio por más de 13 mil quinientos millones de años. Seremos testigos de sus logros y hoy en el mundo se comparten sus primeras imágenes. Esperaremos nuevas y gratas sorpresas

Xalapa2000@hotmail.com

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AGUSTÍN LARA. Genio y figura / Por: ALBERTO CALDERÓN P.

Agustín Lara, el compositor mexicano más celebrado de España, es objeto de cuestionamientos. Se le acusa de haber plagiado o, en todo caso, comprado, una de sus canciones más conocidas fuera de México: el chotis Madrid.

Esta canción, convertida en símbolo de la capital española y que le valió en su momento numerosos reconocimientos, podría ser en realidad del compositor español Rafael Oropesa, combatiente republicano que emigró a México tras la llegada al poder de los fascistas alzados bajo las órdenes de Francisco Franco.

Madrid es un chotis madrileño que además de calar hondo en la música popular española significó mucho en la agitada vida personal del compositor mexicano. Lara se casó con su musa y diva María Félix en 1943, tras lo cual vinieron escenas turbulentas de celos, peleas en público y, finalmente, una separación física que supuso a la postre el final definitivo de la pareja. Cuando ella –ya convertida en estrella cinematográfica– se trasladó a vivir a Madrid, Lara le compuso el chotis de la discordia.

Sin visitar la ciudad, ni siquiera el país o el continente, el compositor mexicano escribió lo que para muchos son los versos más logrados y sentidos de este género de música popular. Siempre con el mensaje oculto a su amada María Félix: Cuando llegues a Madrid, chulona mía/, voy a hacerte emperatriz de Lavapiés,/ alfombrarte con claveles la Gran Vía,/ y a bañarte con vinillo de Jerez./ En Chicote, un agasajo postinero/ con la crema de la intelectualidad,/ y la gracia de un piropo retrechero, más castizo que la calle de Alcalá.

A pesar de estos versos, que llegaron hasta los ojos de la diva mexicana, Félix y Lara rompieron definitivamente. Incluso, a los pocos meses el compositor mexicano hizo pública su relación con Clarita Martínez.

Ajeno a todo esto, Madrid se convirtió desde el primer momento en himno de los habitantes de esta ciudad. Sus estribillos son conocidos y cantados incluso por las últimas generaciones, debido, sobre todo, a que se sigue tocando y cantando en la mayoría de las fiestas populares, y que, al menos en el barrio de Lavapiés, se mantiene vivo el reconocimiento al compositor mexicano.

Hasta ahora había cierta unanimidad en reconocer el valor de Lara como compositor, no sólo por el chotis Madrid, sino también por canciones como Granada o Noche de ronda. Pero ahora es cuestionado por el ayuntamiento de Madrid, el cual editó un libro del historiador Raúl Guerra Garrido en el que se sugiere que la susodicha canción fue en realidad comprada por Lara a Rafael Oropesa.

El nexo entre Oropesa y Lara se habría establecido en México, cuando el compositor español llegó tras la derrota de la República durante la Guerra Civil, que éste vivió como músico de banda, la cual tocaba para la tropa.

En México se habría producido lo que el propio historiador califica de rumor, pero que mantiene y que también defiende el ayuntamiento: que la canción fue comprada por Lara en un acuerdo privado entre ambos, y que sólo así se explica la utilización de un lenguaje coloquial tan certero, como la frase piropo retrechero, o que hable del Madrid en que nací.

Sin pruebas ni fuente

En el título del libro de Guerra Garrido, Gran Vía 1910-2010, el historiador explica que esta teoría o rumor existe desde hace muchos años, incluso en la época del exilio en México, pero no hay ningún documento o fuente oral fidedigna que lo pueda avalar así.

La familia de Rafael Oropesa (enterrado en el Panteón de las Personas Ilustres de México) asegura que lo único que quiere es que se reconozca la supuesta verdadera autoría de la canción. A la polémica también se incorporaron la directora general de Archivos, Museos y Bibliotecas de Madrid, Belén Martínez, quien anunció una investigación a fondo para conocer la verdadera autoría de la canción.

Cabe recordar que Lara fue objeto de numerosos homenajes y reconocimientos cuando visitó por primera vez España, en 1954, donde se le entregó la batuta de plata e incluso fue recibido por el dictador Francisco Franco (quien se decía profundo admirador de la música del compositor jarocho). Actualmente Lara tiene una escultura de granito y bronce en el castizo barrio madrileño, hecha por el escultor Humberto Peraza en 1975, en la que además se reconoce su autoría del citado chotis y su aportación a la música popular española.

Miembro de la Red Veracruzana de Comunicadores (REVECO).

  • La fotografía que ilustra el texto es extraordinaria, en ella aparecen Agustín Lara, María Felix y el gran poeta Efraín Huerta. (los créditos a su autor), se comparte con fines artísticos y sin afán de lucro.