OBRA POÉTICA DE LA MAESTRA MARU TRUJILLO
La autora expresa su sensibilidad de una forma peculiar, rompe con la forma tradicional en cuanto a la temática, con símbolos pocas veces usados construye su poesía, no le habla al amor con cursilería, lo siente, lo vuelve cotidiano, ese lugar común que todos dejamos pasar inadvertido, poetiza la realidad, la tiñe de reflexión.
Con una cuidadosa selección de palabras, de sonidos que calan la piel y entran por los poros, en una combinación de susurrantes voces, inyectando el mensaje como una aguja hipodérmica, como la vacuna subcutánea para inocular la memoria, lo hace la poeta.
La piel, termostato de nuestras emociones y sensaciones: miedo, ansiedad, felicidad, excitación, el frío y el calor, cambia de textura con los estímulos internos, mentales, como las imágenes y las palabras; esas palabras que trastocan los sentidos, catalizadoras del placer, constructoras de imágenes estimulantes, amorosas, de delicada voz.
La piel como lienzo, como protección emocional, como un disfraz (cambio de piel, lobo en piel de oveja), como la dulce capa que envuelve el fruto, que se ruboriza, que se acaricia, que se muerde, que se besa, la cortina que oculta nuestra debilidad; como piel femenina, frágil, que se hiere, pero cicatriza.
Pero también viaja al interior, hacia los adentros de la dermis, donde cada poeta comprende y se compenetra con su mundo y su naturaleza, en una suerte de viaje que sirve de puente para conectarse con el mundo y la naturaleza exteriores.
Su poesía es una nueva forma de contar la vida, de narrar, de compartir su esencia a través del poro literario, el mundo, su mundo, en una con versación íntima con una irrupción verbal que sutilmente sacude, con propósito de la belleza específica del momento en pocas palabras, podemos decir que es su forma de expresar la sensibilidad actual.
En su obra encontramos poemas cortos como fotografía del momento, haikús del cotidiano ya que habla de la naturaleza : sol, aire, el medio día, un haikú que no respeta la estructura tradicional que se ve afectado bellamente para deleitar al lector. El uso de los sentidos toma una importancia especial, la fuerza de la palabra es reforzada por el encabalgamiento, dando la sensación de una asfixia literaria, del vacío temporal que desemboca en el mensaje. Da vida a lo material, a lo etéreo, a lo abstracto por medio de la prosopopeya y la metáfora que como en todo trabajo literario y poético no debe faltar
Esta exploradora dérmica emprende un periplo hacia las honduras de sí misma, va hacia adentro de los pliegues de su subjetividad, hacia el interior de las palabras, del lenguaje, vuelve a colocarse temperamental y sentimentalmente al ras de su propia piel. Emprender un viaje piel adentro a través de su poesía es echar mano, sin duda alguna, de una imagen para intentar decir algo sobre sus versos, y estas imágenes son irreductibles a cualquier explicación.
En sus versos encontramos la simbiosis entre elementos naturales y sensaciones humanas, al leerlos sentimos cómo se transforma la piel en poema, en distancia, en arena, en mar, cómo se funde para llegar a ser miles de palabras cálidas, en ojos, en miradas, en agua, en abrazos, en colores, en mensajeras pestañas, en torbellino momento de felicidad.
Fina arena, Versos de piel, Tu camisa blanca, Matices de distancia, Sentimiento de manta, Choque, Bonsái, Frente a mí, son algunos de los títulos que calarán la piel del lector.
Imagen: Fotografía de la portada por Maricarmen Delfín Delgado