Seguramente todos nos hemos enfrentado a diversas situaciones a lo largo de nuestra existencia, al reflexionarlo tendremos una basta lista de eventos que vamos coleccionando, enfrentando gracias a la capacidad del ser humano para adaptarse, característica que permite actuar adecuadamente, vivir bien y seguir adelante. Así, nos transformamos, aprendemos, acumulamos experiencia, damos un paso al frente.
En el andar por el camino de la vida pasamos por muchas faces, cada uno las transitamos de forma personal y muy particular, pero en general nos hemos adaptado a cada situación, a cada persona, a cada rutina, completado etapas, abriendo y cerrando ciclos, de todo esto se compone nuestra historia, donde los sentimientos entretejen la poderosa fuerza que nos mueve en el diario acontecer.
Hemos sido infantes, hijos de familia, estudiantes, trabajadores, también construimos una familia, somos padres y madres, cuidamos y formamos a los hijos, y en algunos casos, el destino nos regresa con nuestros progenitores completando un ciclo.
Hoy nos reúne un mismo fin, un mismo sentimiento, demostrarle nuestro cariño a través del reconocimiento a la trayectoria docente de una valiosa mujer, a la maestra que durante x años se dedicó en cuerpo y alma a la formación de miles de jóvenes, que seguramente ya son exitosos profesionistas, o aún están en el proceso para llegar a serlo, que gracias a sus enseñanzas siempre de la mano de su filosofía moral, su cariño, acertado consejo y algún regaño cuando fuese necesario, se conducen por el buen camino hacia el éxito seguro.
Ser docente no es tarea fácil, requiere de responsabilidad dentro y fuera del ámbito escolar, de profesionalismo, pero, sobre todo, de vocación y entrega para formar hombres y mujeres como ciudadanos con preparación académica y ética; el maestro es el mediador entre el alumno y la sociedad, de su labor depende la construcción de una mejor comunidad, su habilidad para transmitir el conocimiento y potenciar las habilidades como persona es su compromiso fundamental.
Laura Castañeda Nevárez, nuestra querida Laurita, así le nombramos quienes le queremos y tenemos la fortuna de contar con su amistad y cariño, la maestra de música de la Escuela Secundaria General # 4 “David Alfaro Siqueiros”, la risueña, ocurrente y bromista compañera de trabajo, la amiga franca y solidaria de noble corazón, la hermana cristiana que siempre tiene palabras de consuelo y una oración para quien las necesite, la madre amorosa y abuela consentidora, la hija dispuesta para su madre, la esposa entregada y solidaria, evidentemente una gran mujer.
De mente abierta, lo que le permitió conocer múltiples situaciones en las que sus chicos estaban inmersos, brindando las condiciones adecuadas para solucionar conflictos, analizar, implementar estrategias que les favorecieran en el aprendizaje. Su capacidad de comunicación le permitió platicar y escuchar, generar un ambiente flexible, de confianza constante con sus estudiantes, siempre paciente, disponible, empática, motivadora, apasionada en su diaria labor al frente de su grupo. Lo pudimos comprobar personalmente cuando fuimos invitados a su escuela brindándonos la oportunidad de convivir e intercambiar experiencias con maestros y alumnos. Gratos recuerdos.
La vida sigue su camino, atesoramos los recuerdos que cada etapa va dejando, cerramos ciclos y avanzamos hacia otra, Laura ha concluido una hermosa y muy valiosa etapa en su andar por este mundo, su ciclo de docente activa llegó hasta donde debía, lo ha cerrado con gran satisfacción, orgullo, amorosamente, tal vez la nostalgia la visite en algún momento repasando ciertos episodios donde seguramente tuvo que organizarse, adaptarse a los cambios que su vida laboral le imponía.
Ahora comienza otra fase, un nuevo periodo con la tranquilidad de haber cumplido los anteriores satisfactoriamente, en el que le esperan gratas experiencias en un contexto de jubilación, de decisiones libres del compromiso laboral, al que se adaptó rápidamente motivada por el sentimiento de pertenencia a otros grupos, cobijada con el abrazo fraterno y desinteresado.
Laurita querida, una vez más reafirmamos nuestra admiración y reconocimiento a tu lucha diaria por cumplir con firmeza tu compromiso como docente, con tus discípulos, con tus compañeros, con tus amigos, con tu familia, contigo misma, pero especialmente por ser quien eres, por tu carisma, por tu esencia.
Sean estas humildes letras las alas que te cobijen como parte esencial de nuestra agrupación, donde todos y cada uno de sus miembros, te recibimos gustosos en la nueva etapa de tu vida, con un abrazo nacido del corazón. Felicidades, querida amiga.
mcarmendelfin@hotmail.com