Alas

Alas


Mientras las alas infatigables continúen batiendo el viento, y prosiga el baile admirable de la vida, reanudo las innumerables bendiciones que esto conlleva.

Desatenderse sería abandonar el constante progreso, frenarse ante las cortinas de humo que eventualmente recorren taciturnas las avenidas de la inconsciencia. 

Perduro ante el inminente prolongar de la existencia desafiando a cronos.

 Relevando con astucia las múltiples facetas, atestiguando de cierto modo un referéndum de lógica y conocimiento.

Insisto, creo, elaboro hipótesis mediante chispazos de madrugada, cuando de repente llega esa luz resplandeciente que me visita desde hace 10 años.


Jamás me desanimo, al contrario, despierto del letargo en el que me encuentro.

Saboreo detenidamente, extrayendo el color al sabor de cada cosa, gozando, experimentando una y otra vez y cautivándome de lo que existe, de lo que me rodea y me hace parte de ello.


Me convenzo una vez más que somos seres pensantes, desafiamos nuestros caminos por preferir de algún modo en cortar la ruta y buscar ciertos atajos. Nos deslumbra el falso color del oro, nos dejamos seducir por las entonaciones sublimes anclándonos por lapsos de locura sin llegar a corresponder de una manera lúcida y sensata.


Emprendo nuevamente el vuelo, hoy volveré a surcar el cielo, lejos de la tierra y tan cerca de Dios.


Edgar Landa Hernández.