Encontré del anhelo en mis soñares,
que eran todo aquello que yo ansiaba,
que brotaba ferviente en mis desvelos,
y de mis sueños eso, tanto ansiaba.
Soñaba yo despierto en mis antojos,
aquello que las ansias me acusiaban,
después, eran mis sueños tan hermosos,
que un gozo era también la desvelada.
Así camine siempre en mi sendero,
buscando del amor lo que soñaba,
de mis sueños de amor y desespero;
esa hermosa mujer, que yo adoraba.
Así seguí forjando en mis soñares,
aquello que yo ansiaba de la vida,
las caricias en esas soledades
de esa hermosa mujer, la más querida.
Soñé y soñé yo tanto a esa mujer;
que fuera el complemento de mis sueños,
que me diera a raudales su querer,
el premio a mi soñar y mis empeños