En un segundo
Es tan conexo el tiempo, recíproco dentro de la inmensidad de un caos universal, dentro del respectivo asombro que conlleva. Y justo ahí, donde el tiempo es oro y un segundo logra crear cambios tocantes a un tiempo que se pierde en el contexto de nuestras propias vidas.
Un segundo basta para suspirar, un segundo es el tiempo que da la vida para llorar cuando nacemos y un segundo basta para pedir “perdón”
Lo cierto es el segundo, un disparo creado desde el percutor de nuestros días, un segundo dentro de lo que marca un tiempo condicionado a perderse entre minutos hasta crear las horas, y los días.
El segundo es lo concerniente al tiempo, el que atosiga, el que desenmascara una verdad que contra el tiempo no hay tiempo, es el segundo el inicio de lo que prevalecerá coherente, de una vida que se nos va, que se nos esfuma en tan solo ¡un segundo!
se los comparte su amigo de la eterna sonrisa
Edgar Landa Hernández.
