Del cine y sus palomitas

Del cine y sus palomitas

Hoy en día la diversa programación de televisión por cable ha hecho que me ausente aún más de la pantalla grande. Aunado también a que en el cine no me puedo echar mi siesta cuando una película está aburrida o no es lo que yo esperaba.

Soy de los que prefiere una película de terror con una buena trama en donde estás pendiente de cada detalle de las pistas en las cuales el argumento de la película te enreda y atrapa cual si fuera una gran telaraña donde al final no te deja salir y de repente encuentras la salida.

También me cautivan las románticas, las historias de amores furtivos en busca de un antídoto a las flechas de cupido. Y qué decir de los filmes de acción, en donde quedas sorprendido que, a pesar de lo aparatoso de los choques, volteretas y demás, el personaje principal sale sin ningún rasguño.

Cuando observo una película jamás pienso cómo la harían, o cómo sería el detrás de cámaras.
Y más en esta época de los efectos visuales a través de programas de computadoras nos engañan tan fácilmente situándonos en escenarios inimaginables e inhóspitos.

Otro elemento cautivador en el cine es el soundtrack, la música es al cine como la sonrisa al rostro. Hay melodías que se convierten en himnos, tal es el caso de Top gun, Ghost, la sombra del amor, Titanic, Avatar, y muchas otras.

Quizás no tardando vuelva yo al cine. Con una buena dotación de comida chatarra. Y me convierta en alguno de esos súper héroes que luchan por alcanzar la libertad de muchos por medio de su generosidad y vigor.

Se los comparte su amigo de la eterna sonrisa
Edgar Landa Hernández.