NO CRUCES EL UMBRAL
Quédate en el umbral donde te invento
donde la luna no altere la marea de nuestras sangres
testigo inoportuna
de esta ola de espumas inclementes. Quédate ahí
a la orilla de la aurora, no nazcas con el día
no en un día como el de hoy
tan cubierto de asfalto y de blasfemias.
Quédate en el preámbulo de julio, desnúdate de alma
pero quédate ahí, en la última sombra de un orgasmo soterrado,
no florezcas con las nuevas azucenas
de una lluvia que no es nuestra
no con este último acorde de guitarra, no en la voz
aguardentosa de Sabina
ni en la magia de una hipérbole de Silvio, no,
no nazcas ahora mujer de mis canciones,
no quiero penetrar los faunos de tu cuerpo
que hiciera de los dos, el límite de un sueño.
Quédate ahí, donde el deseo sea solo la revolución que me faltaba
y la última vértebra de un sueño que sea eterno. No,
no cruces el umbral
me gusta tenerte ahí, donde te invento. Donde mi lucha
sea una parábola en tu pelo
y una luna con mareas que contradice…
la rabia de este verso.
FZG. (Gabriel Rulfo)