He visitado la tierra fertil de los campos,
entre raíces desnutridas y flores sin color.
He visto entre gusanos el futuro de nuestra humanidad perdida, adornada en oro, pero perdida.
Tierra seca, sin perfumes, sin color, sin agua. Tierra que se quiebra ante el leve murmullo del sol y de sed muere lentamente.
El clamor de nuestra madre es interminable pero inútil, el hombre seguirá siendo hombre hasta el día final de su existir.
Carlos Eduardo Lamas Cardoso.
México.
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