Recordando mi origen y su inicio,
quiero expresar contento y efusivo
que mi padre me dio con sacrificio
el mundo extraordinario donde vivo.
Fue ejemplo para mí, fue mi sustento,
fue sonrisa, consejo y firme apoyo,
una ayuda irrestricta, fue un portento
que hoy ensalzo feliz, sin mal ni escollos.
Padre, recibe mi recuerdo pleno,
agradezco tu esfuerzo y tu pujanza;
sé que pervives en un mundo hermoso,
satisfecho, de contento lleno;
en un sitio fincado de esperanza,
rutilante y rodeado de un gran gozo.
Werther *