Apresúrate titeretero, apura que ya la caravana se va. Anda a guardar tu carpa;
Esconde a tus humanos de fantasía que te los quieren robar.
Escondelos muy bien, guardalos, o tus secretos sabrán.
No te enseñes a la gente, pues tu condición no entenderán. Calla mejor, que tus titeeetitos hablen por ti.
Mira que gran bulla hiciste con tu títere el prestidigitador, atrevido muñecuelo este que predijo la muerte del hacendado mayor,
De don heladio, el gran señor.
Seguramente a don heladio, como a todos, en muñeco lo presentaras, como tu costumbre es ya. Que no se te pase titeretero, no te olvides de curarles la madera a tus títeres, pues luego el alma por ahí se les fugará.
Anda pues, que a don heladio hoy lo velarán y si te lo entierran ya su alma no podrás robar.
Al último siempre de la caravana vas, más nadie se atreve a mirar atrás, pues con sus vistas importancia te dan. Ellos te desprecian ya.
Nunca te han visto; nunca te verán,En ausencia siempre existirás.
En el pueblo siguiente bellas mujeres habrá.
Tendrás que tallar finas maderas para sus almas atrapar.
Ya murmullan de ti. Dicen que te matarán; dicen que cual titere te enterrarán.
Ilusos los pobres, no saben que sincretismo eres entre fantasía y realidad; no saben que en el punto medio los hilos tu moverás.
Ignorantes son de que matarte jamás podrán, pues inexistente eres, en el plano real jamás vivirás.
Ve entonces tranquilo a los bosques hechizar; ve a talar árboles para en sus carnes a los hombres atrapar.