Encontré por casualidad varios datos curiosos sobre las cosas que se guardan en los libros y me hizo recordar una de las etapas de mi vida, trabajaba en la Delegación Azcapotzalco en la Ciudad de México dando capacitación y haciendo investigación sobre los niveles salariales y hábitos de consumo en las colonias periféricas de la demarcación, al terminar la jornada deambulaba por la Avenida Hidalgo frente a la Alameda Central, en ese tiempo, hace un poco más de 30 años había varias librerías de segunda mano, entré a una de ellas a curiosear, había una gran cantidad de libros sobre estantes y otros esparcidos en mesas, me acompañaba mi amigo David, el tomo uno y otro lo levanté, leí la cuarta de forros lo abrí para ojear algo y lo volví a cerrar, el pagó el primero que tuvo en sus manos y salimos, al avanzar un poco me enseñó varios billetes de mil pesos en diferentes páginas, tan lisos y acomodados que no se notaban, no lo podíamos creer. Como ese caso la historia registra otros muy interesantes como el de la Biblioteca General Histórica de la Universidad de Salamanca en España donde encontraron un condón en el interior de un libro de medicina del siglo XVI, al renovar el catálogo del acerbo bibliográfico, se encontró envuelto en un fragmento de periódico de 1857, se presupone que fueron dejados por algún alumno en el siglo XIX, ahora se expone en una vitrina de objetos curiosos encontrados en libros de la propia biblioteca
La escritora norteamericana Anne Parrish encontrándose de viaje en París, paseando por la ciudad entró a una librería y encontró un libro que le gustaba mucho en su infancia era Jack Frost y otras historias de la autora Helen J. Wood, tomo el libro de segunda mano y se lo mostró a su esposo que la acompañaba, este lo abrió y en la primera hoja vio escrito “Anne Parrish 209 N. Weber Street, Colorado Spring” era sin duda el mismo libro que le había pertenecido en su infancia.
Los libros son como un baúl donde se almacenan recuerdos como postales, invitaciones, dinero, boletos de algún evento destacado y al paso del tiempo se quedan ahí hasta que alguien tiempo después los encuentra, también aparecen tréboles de cuatro hojas o marchitos pétalos de alguna flor que perdió su frescura y fragancia. Cartas de amor y desamor, billetes de lotería, mensajes secretos, también se han encontrado los más diversos separadores. Con las notas encontradas en libros muy antiguos se puede recrear la forma como se expresaban los lectores en otras épocas. La poesía también es algo recurrente dentro de los libros de la misma forma los dibujos que hay desde los más rústicos y burdos hasta algunos realmente sorprendentes por su alta calidad.