Existencia intangible / Autor: Javier Vitela

La inteligencia es el elíxir buscado por todos, sin excepción; la inteligencia nos compete a todos, es la clave para el entendimiento de nuestra verdad, inexorablemente en algún momento nos cuestionamos que tanto quilataje de ello tenemos en nuestro sistema. Su existencia intangible nos da altivez ante el resto de los demás elementos de la creación, sin embargo entre nosotros mismos es una lucha constante cuyo cuadrilátero es un fango que nos hunde hacia sus entrañas de tan aguerridos nuestros combates por tener
La razón de la sinrazón, la empatía lleva implícita a la inteligencia; aunque la inteligencia reniega de ella, los senderos del hombre ya están surcados por combates de gloria que se han hecho referentes, según. Cada generación irá alivianando la carga, pues sus veredas serán cada vez más amplias para andar con libertad, despojos Irán dejando en el camino de lo que ya no les será útil.

Habilidades se irán perdiendo; otras se irán adquiriendo en el trayecto en el que se busca un destino, el hombre se irá modificando, incluso en sus características físicas: es posible que sus hábiles manos se extingan por el desuso de ellas, pues el trabajo físico será sustituido por capacidades mentales que crearán sistemas para facilitar el quehacer humano;
Quizá la inteligencia, como la conocemos ahora, irá perdiendo su preponderancia y caerá en desuso ese concepto.

Iremos alivianándonos, decadente nuestro cuerpo dejará en despojos sus miembros al igual que sus sentidos, al final solo quedaremos como esencia de un principio que alguna vez fuimos; al final existiremos en energía, la misma que no se crea; la misma que no se destruye, solo en ese momento comprenderemos que somos piezas de un Dios universal que nos recogerá y nos volverá a constituir a el, a su integridad.