EL BOSQUE DE LAS LUCIÉRNAGAS / Autor: Javier Vitela P.

bosque perfumado de tierra húmeda y coloreado de verde vivo. Lugar de encanto
Natural, colgantes en sus puntas las hojas tenían gotas de impio cristal de agua, impoluta la atmósfera que se inspiraba;
Gruesos troncos de árboles centenarios
Que defienden su dignidad, manantiales de frescas aguas bendicen la fertilidad de aquel bosque encantado, a lo alto se bosqueja un cielo del azul turquesa con nubes rechonchas a punto de llorar.
Paraiso terrenal aquel, con sus luces de noches de traviesas luciérnagas que intermitentes se iluminan para luego desaparecer y reaparecer en otro lugar
Con sus fluorescencias, cuerpo el de ellas de harta luz que pareciera que van a reventar, de la noche son; miles de ellas habitan en la oscuridad, el bosque se viste de brillantina con ellas.

Flotan en el aire quieto que las contempla
Y juguetea con ellas. Duermen de día y a sus lucen extinguen, al igual la noche dormita y se expande en el infinito para en la noche regresar más oscura y profunda todavía, y las luciérnagas más brillantes lucen su luminiscencia al ver a la noche mas azabache, noche a noche cada vez más.