Cruenta es la batalla por derrotar demonios que no existen y sombras inocuas en la oscuridad. Tirar espadazos y puñaladas al aire y hacer sangrar hasta matar.
Batallas obtusas que se ganan o se pierden en la basta imaginación de la mente; curiosamente el verdadero y único enemigo.
Los vientos los convierte en ciclones y una lágrima la confunde con tormenta. Un suspiro en tragedia y una mirada en un nuevo desafío.
¡Piedad Señor!
Piedad al hombre apuñalado encarnizadamente.
Piedad a la sangre derramada y mancillada de forma inocente.
Cual Quijote las batallas… las derrotas y victorias vanas…
Asienta los pies sobre la tierra y abre los ojos a la realidad…
No hay universos paralelos… no hay nada oculto… no hay… nada hay…
Carlos Eduardo Lamas Cardoso.
México.
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