El misterio del viento / Autor: Javier Vitela

Huye, que no te alcance el viento
Quiere respirarte ese último suspiro tuyo.
Ve esas aves, prefirieron correr que volar.
Dicen que el aire embriagó al viento;
Dicen que el viento ahora
Se alimenta del suspiro de
Los vivientes, por eso huye tu y esconde ese último aliento.
Busca el bosque encantado, si quieres, el de los cuentos de cuando niño, y ahí escóndete con tu suspiro.
Cúbrete de cristal en agua para que el viento solo te observe y no te suspire.
Del viento nada escapa, corre, acuérdate del ciego, del sordo; esos infelices que a pesar de sus atrofiados sentidos sentían al viento.
Sumérgete en los mares de cualquier cosa pero nunca dejes que el viento te abrace.
De noche busca cobijo en la sombra de los muertos para que al sueño pierdas y no en el te encuentre.
Líbrate del infierno, pues el viento aviva la llamarada que nunca extinguen tus pecados.
Conjúgate con la atmósfera de una obra de arte, sigiloso quédate en ella, recuerda que es creación de un genio en su mundo aparte y no de un Dios como al viento.
Si el viento te llama caso no hagas, cambiante es y en ráfagas tu ser arrancará.
Palabras no digas, el viento las difama y esparce.
No escuches el canto de los ángeles: los imita el aire con instrumentos de árboles caídos y huecos;
No observes del cielo las figuraciones acuérdate que las nubes son el barro moldeado de lo que se quiere ver.
No confíes en el alba, su quietud es señal de tempestades por venir.
Esconde tu último aliento, corrompe tu cuerpo si quieres más niega ese suspiro, en ello tu escencia va.
Pregúntale a los muertos donde escondieron su aliento.
Recuerda que son suspiros eternos, respira de ellos.