Entre árboles y una que otra flor

                                                   

En el diario trajinar de lo ordinario, cuando el ruido citadino se desvanece producto de la ausencia de automotores, que por ser domingo aguardan en sus cocheras.

Avanzo y me traslado a donde entre semana no puedo, a donde existen espacios que pasan desapercibidos. Hace unas semanas, un enorme árbol, ubicado frente a palacio municipal era derribado sin miramientos. Era extenso y proporcionaba frescura debido a sus frondosas hojas.

Suministraba oxígeno y nos surtía de una interminable gama de colores, desafortunadamente había que acabar con él y en un santiamén se ejecutó al inerte ser vivo que indefenso nada pudo hacer.

Hoy, domingo descubro nuevos árboles, algunos jóvenes, otros sobreviven a que alguna autoridad los observe y den orden de echarlos abajo.

 Sobre la concurrida Avenida Lázaro Cárdenas, en dirección hacia banderilla, casi esquina con la avenida Xalapa, existe una hilera de árboles de diversas especies, hay pinos, oyameles, y en medio de ellos, resalta la silueta vertical de lo que fue un árbol. Hoy luce desnudo, simplemente es un tronco erguido, siendo cobijado por los demás.

¡No da sombra, tampoco frutos! Únicamente sirve para que, alguna que otra ave se pose sobre él y entone sus trinos en señal de felicidad. Su edad creo que nadie la ha de saber, su fisonomía no da paso a imaginarse cómo sería en sus años mozos. Pero él continúa en su encomienda, permanecer erguido hasta que sus raíces no puedan más, o alguna persona acabe con él. Quizás si despareciera no pasaría desapercibido, pero si dejaría un enorme espacio entre los otros de su especie.

Que bello sería que fuéramos como árboles, cada uno dando lo mejor de sí, sin siquiera envidiar lo que el otro brinda, simplemente realizar nuestra obra, ya sea con frutos o sin ellos, con o sin follaje, pero con la firme encomienda de proporcionar lo que tenemos, total, alguien algún día notará nuestra ausencia dejando un enorme hueco difícil de cubrir.

Edgar Landa Hernández.