LA MELODÍA QUE NO SONÓ / Autor: Carlos Eduardo Lamas Cardoso

Se inspiró en sus ojos, en sus carnosos y atractivos labios
en su rostro hermoso con piel de nácar y de finos rasgos.

Musicalizó sus silencios y les quitó la pausa
en una partitura plasmó el amor que brotaba desde lo profundo de su alma.

En su cabello prendó corcheas y en sus caderas arpegios en crescendo
con ritmos sincopados y delicados movimientos.

Hizo arreglos de cuerdas que vibraron en su ser
de románticos violines que lloraban notas tibias
del canto de una guitarra con la forma de mujer.

Trompetas de querubines que dibujan su silueta con celestiales sonidos
que se posan a sus pies, por su belleza rendidos.

Platillos y tambores se acoplan estridentemente
como los enamorados cuando se aman locamente.

El latido de su corazón va marcando los tiempos
le inspiró polifonías como el murmullo del viento.

La imaginó entre sus brazos bailando a contratiempo
recorriendo con gracia las siete notas musicales.

Escribió con tanto amor para ella la más bella melodía,
que él guardó en su corazón, y que ella jamás escucharía.

Carlos Eduardo Lamas Cardoso.
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