“Es una masa de aire muy seca y cargada de polvo que se forma sobre el Desierto del Sahara a finales de la primavera, durante el verano y a principios de otoño, y se mueve hacia el Océano Atlántico Norte cada 3 a 5 días”.
Este fenómeno suele ser de corta duración, y aunque no dura más de una semana, la presencia de fuertes vientos puede ocasionar que sea más propensa a cruzar el Atlántico.
La nube de polvo sahariano forma una capa de 3 a 5 kilómetros de espesor y se encuentra entre uno y dos kilómetros en la atmósfera.
“El hierro y el fósforo que el polvo transporta benefician la producción de biomasa marina en partes de los océanos en las que hay escasez de estos elementos”.