Alerta roja en el Sahel: 18 millones de personas pueden sufrir un hambre extrema

La Oficina de las Naciones Unidas para la Coordinación de Asuntos Humanitarios advirtió este viernes que hasta 18 millones de personas en la región africana del Sahel se enfrentarán a una grave situación de inseguridad alimentaria en los próximos tres meses, la cifra más alta desde 2014.

Sobre la gravedad de esta situación dio la voz de alarma el secretario general adjunto de Asuntos Humanitarios y Coordinador del Socorro de Emergencia de las Naciones Unidas, quien explicó que familias enteras se encuentran “al borde de la inanición”.

Martin Griffiths calcula que 7,7 millones de niños menores de 5 años sufrirán problemas de desnutrición, de los cuales 1,8 millones ya están gravemente desnutridos. De no incrementarse las operaciones de ayuda, esta cifra podría escalar hasta los 2,4 millones a finales de año.

Griffiths explicó que se ha llegado a esta situación tras «una combinación de violencia, inseguridad, extrema pobreza y precios de alimentos que alcanzan niveles récord”. Añadió que “el reciente aumento de los precios de los alimentos debido al conflicto entre Rusia y Ucrania amenaza con convertir una crisis de seguridad alimentaria en un desastre humanitario. Si no actuamos ahora, la gente morirá».

Cuatro países al límite: Burkina Faso, Chad, Malí y Níger

La situación ha alcanzado niveles alarmantes en cuatro países del Sahel: Burkina Faso, Chad, Malí y Níger. En esos países, se prevé que 1,7 millones de personas sufrirán niveles de inseguridad alimentaria que alcanzarán la categoría de emergencia durante el periodo entre cosechas entre junio y agosto.

Este nivel de urgencia describe una situación en la que los hogares experimentan «grandes carencias» en el consumo de alimentos y altos niveles de desnutrición aguda y de muertes, y en la que las familias se ven obligadas a vender sus utensilios de labranza y otros bienes que necesitan para mantener sus vidas y medios de subsistencia.

Tal y como anunció ayer el Secretario General, António Guterres, en respuesta a esta crisis, la Oficina liberó 30 millones de dólares de su Fondo Central de Respuesta a Emergencias para los cuatro países, incluyendo seis millones para Burkina Faso y ocho millones para Chad, Mali y Níger.

Desde principios de año el Fondo ha destinado casi 95 millones de dólares a la crisis alimentaria en el Sahel. Ese monto incluye las recientes asignaciones para Mauritania (cuatro millones de dólares) y Nigeria (15 millones de dólares).

Por último, Griffiths destacó que «no hay tiempo que perder”.

«Hay vidas en juego. Esta inyección de dinero ayudará a los organismos sobre el terreno a ampliar la respuesta de emergencia para evitar una catástrofe. Sin embargo, no sustituye a las contribuciones más importantes que necesitamos de los donantes para mantener nuestra respuesta y ayudar a construir comunidades resistentes».

A principios de este año, la comunidad humanitaria lanzó seis llamamientos humanitarios para el Sahel por un total de 3800 millones de dólares que buscan proporcionar ayuda para toda la región durante este año. La financiación obtenida a finales de mayo es inferior al 12%.