
El célebre crítico peruano abre sus archivos para narrar, en La comedia literaria, sus lazos de cuatro décadas con algunos pilares de las letras en español.
Rosario Castellanos me contó que Octavio Paz, con unas copas, se ponía demasiado amable con las señoras y tenía la manía de olfatearles la cabellera”. Ésta es una de las revelaciones que hace el crítico literario peruano Julio Ortega (1942) en su libro La comedia literaria.
“Juan Rulfo fue quizá su mejor amigo (de Castellanos). Rulfo aceptó una invitación a Alemania con la condición de que Chayito lo acompañara. Ella se montó en el avión con él y, ya en el vuelo, tuvo que hacer de su enfermera. ¡Rulfo se bebió el bar!”, detalla el investigador de la Universidad de Brown en uno de los capítulos.
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