Un libro puede tener muchas caras externas, decirnos maravillas sobre su contenido, pero seguirá siendo una forma física inanimada, la magia se encuentra cuando lo abres, es ahí donde toma sentido su existencia, su lectura despierta tus sentidos, te lleva al mundo imaginado del escritor y al final muere entre tus manos, con la posibilidad de retornar si otros ojos le vuelven a dar vida.
