Es mi madre tan bonita
Podía hablar con ella por horas
y siempre en silencio.
Con sus manos acariciaba mis versos
mi frente reposaba en sus rodillas
(es mi madre en verdad bonita).
Podía hablar con ella
le contaba de mis muñecas. Ella las vestía.
Le contaba de mis sueños. Ella los traía.
Le contaba del miedo de estar sola.
Ella me protegía de la noche
velando mis horas.
Está ella tan cerca, tan cerca, que siento
el aire tibio que sale de sus ojos:
mirada acuosa
donde resbala el recuerdo.
Está mi madre viva
está mi madre a un atravesar de calle
pero se oculta en las espinas.
Habla siempre de otros, de sus rezos,
de sus viejas costumbres, de sus muertos.
Pregunta cosas que ha cambiado
el tiempo en su memoria.
Me platica que yo era otra.
Soy una niña que habla
desde su boca.
Mi madre ya no está en sus ojos,
no la encuentro en su ropa.
Se ha perdido
en su delantal de cuadros,
en la cocina.
Se ha perdido mi madre entre el ropero
y tanto pasar de las cosas.
Voluntades cotidianas, 2015, Manantial entre arenas.
Imagen: es.aliexpres.com