Al entrar al café, un espejo colgaba de la pared, se reflejó una mirada alucinante, quise atrapar su imagen, la música de Duke Ellington sonaba suavemente, sentado en una mesa cercana, vi sus manos clepsidras, un rostro extraño, sus ventanas abiertas, el interior mataba la luz, había fogatas abandonadas, huesos llorando, y sombras en la oscuridad.
Alberto Calderón P.
29 de abril 2019
La pintura que acompaña el texto es de: Edward Hopper – “Automat” (1927, óleo sobre lienzo, 71 x 89 cm, Des Moines Art Center, Des Moines)