Nunca ha sido tan hostil
vivirte en Marzo
inhóspito compañero lloviendo aludes de ausencia,
los grises cuelgan olvidos a la maraña del tiempo.
Invierno en Primavera
sin la cornisa del sueño,
ni tus pechos
asiéndome por los nudillos del verso.
Sin la utopía de tus ojos
despeinando la tarde
ni el goce de tu sonrisa acariciando mi prosa.
Muere mi texto
sin la emoción de tu verbo
ni el litoral de tus voz
de alondra magnificada por los ecos del silencio.
Tengo a la tarde conmigo contándome de otros tiempos
de cuando los sueños…
de cuando tu cuerpo
pero hoy, no podría cantar ni para callar este duelo.
Hace frío sin tí
y el viento, y el triste orvallo en las rosas
son el puño unánime
que me dictan el verso.
FZG.
