No conozco tus playas
ni he bogado jamás en tus entrañas
sin embargo,
sé que de hacerlo alguna vez
escribiría una oda al purgatorio
pues quemaría mis naves
incendiándolo todo entre tus pliegues:
la lluvia, la luna y la utopía.
Intenso el exorcismo
ardiente la cresta de la ola
las almas en un solo caldero:
mi lengua y el texto aquél inacabado.
Ya no habría un lugar en tus oceános
vacío de mis pirómanos bajeles.
Emergería de ti, de tus abismos
ignífugo Morfeo entre tus olas
ahíto de mujer…
y del delirio.
