
Entre la enramada te escondes, modesta apenas asomas tu brillo, no quieres opacar a las luciérnagas que danzan en tu tributo, por momentos cubres tu rostro con el algodón de nube, no logras ocultar tu eterna belleza.
Entre la enramada te escondes, modesta apenas asomas tu brillo, no quieres opacar a las luciérnagas que danzan en tu tributo, por momentos cubres tu rostro con el algodón de nube, no logras ocultar tu eterna belleza.
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