Imagen: Las meninas de Diego Velázquez
Tarde o temprano terminamos viviendo todas las etapas de la vida. La naturaleza es sabia, cada uno es diferente y cada uno tiene su tiempo. Tiempo para enamorarse, para emprender, para madurar, para saber lo que se tiene que hacer. Apurar las cosas puede que resulte al principio pero puede ser devastador al final. Tratar de encasillar el momento es solo un ritual y podemos cumplirlo a nuestra manera, con nuestro propio estilo, sin la necesidad de forzar nada. Es ahí cuando todo comienza a fluir.