Fue la forma helénica de decir ¡Salud!, como decimos en los países latinos de América y España, también algunas gentes dicen ¡Jesús!
Su origen es de tiempos lejanos ya los Griegos y posteriormente los romanos la utilizaban, los hombres suponían que el aliento era el alma, cuando los muertos dejaban de expeler el aliento se consideraban que su alma había viajado a otro sitio, por eso cuando una persona estornudaba, amanaba el alma de forma violenta y se pensaba que se le podía ir la vida por lo que se pedía dependiendo de la cultura la forma pero la intensión era pedir por la protección del estornudante a los dioses.